Como era de esperar, la segunda parte del partido se convirtió en un monólogo a favor de Osasuna. No fue que al Atlético le costara activarse, sino que le llevó más de treinta minutos hacerlo. La posesión del balón apenas duraba un suspiro para el Atlético, que parecía agotado al tener que jugar prácticamente con el mismo once. Incluso la repentina salida de Carrasco en el último momento no evitó que el equipo tuviera una plantilla más reducida de lo habitual, con tan solo 13 jugadores de campo disponibles para el partido en Pamplona, debido a la acumulación de partidos (cinco de ellos, incluido el duelo aplazado ante el Sevilla).
El entrenador Simeone apenas realizó dos cambios y no consideró necesario recurrir a Javi Galán ni a los canteranos que estaban en la convocatoria. Como resultado, el equipo sufrió una parte importante del partido con un flujo constante de ataques hacia la portería de Oblak. Hubo oportunidades claras para Osasuna, con dos ocasiones para Chimy, una desperdiciada por Aimar y otra detenida por Oblak, además de varios intentos de David García con remates de cabeza. El estadio El Sadar se desesperaba ante la falta de puntería y el entrenador de Osasuna, Jagoba, decidió hacer cambios en el mediocampo para intentar cambiar la dinámica del partido.
Hubo un momento en el que pareció que los cambios no estaban funcionando para Osasuna, pero esa sensación fue efímera. Finalmente, Osasuna encontró el gol en un saque de esquina rematado por David García, pero el árbitro lo anuló debido a una falta cometida por Witsel, que parecía haber sido provocada por un empujón previo a Aimar. La decisión del árbitro provocó la expulsión del entrenador Arrasate. Sin embargo, Griezmann logró mantener la calma y proporcionó un pase magistral para Lino, quien inició un contraataque que Riquelme aprovechó para sellar la victoria del Atlético. El partido estuvo marcado por las tácticas agresivas de Chimy y los errores repetidos de Morata, ambos jugadores fueron expulsados. Los tres puntos se dirigieron a Madrid.
Volviendo al primer tiempo, hubo momentos en los que el delantero del Atlético y el portero de Osasuna se lucieron y otros en los que cometieron errores. Griezmann fue clave al recuperar y abrir el juego después de un servicio corto de Aitor que pretendía ser largo. También aprovechó una oportunidad creada por Lino y Morata, quienes confundieron al portero de Osasuna. Antes del 0-1, Osasuna pudo haber marcado con un disparo de Torró que salió justo por encima del travesaño después de una combinación en el borde del área visitante. A partir de la ventaja, el Atlético optó por controlar el juego y mantener la posesión, especialmente por el lado derecho del campo.
Osasuna respondió ganando terreno y presionando al Atlético. Budimir cometió una falta fea contra Oblak, y Osasuna se estableció claramente en el campo rival. Incluso Mójica golpeó el poste al final del primer tiempo. A pesar de algunas oportunidades, el Atlético mantuvo la paciencia y llegó al descanso sin recibir goles, aunque rara vez se acercó al área local. Morata estuvo cerca de estar en fuera de juego, como es común, y el mediocampo se centró más en defender que en crear oportunidades para el Atlético. La sensación general era que el partido aún tenía mucho por delante, una percepción que se confirmó con los acontecimientos posteriores. Cada equipo siguió concentrado en sus objetivos individuales.