El Atlético de Madrid celebró una victoria contundente ante su eterno rival, el Real Madrid, y detrás de este triunfo hay un nombre que brilla con fuerza: Saúl Ñíguez. En un partido que tuvo a los aficionados al borde de sus asientos, el canterano del Atlético demostró su valía con tres asistencias magistrales desde la banda izquierda. Estos precisos centros culminaron en tres cabezazos letales y, finalmente, en la conquista del derbi madrileño. Saúl dejó claro que es un jugador fundamental para el equipo.
Este partido representó un punto de inflexión para el Atlético de Madrid, que venía de enfrentar momentos difíciles. Saúl, en particular, destacó entre sus compañeros, contribuyendo en gran medida a la victoria. De sus tres asistencias, dos fueron clave para Antoine Griezmann y Álvaro Morata. En el campo, el jugador de Elche lució una sonrisa que irradiaba confianza y dejó claro a todos que ha regresado a su mejor nivel.
El tramo final de la temporada pasada ya mostró destellos del talento de Saúl en el centro del campo. Fue un centrocampista versátil, un creador de juego y un disparador de tiros desde la distancia. Sin embargo, el verano trajo incertidumbre y la posibilidad de dejar el Atlético estuvo sobre la mesa, incluso llegaron ofertas tentadoras desde Arabia. Sin embargo, Saúl reiteró su deseo de quedarse en el club colchonero: "Yo quiero quedarme en el Atlético", afirmó. Además, le ha comunicado a Diego Simeone que está dispuesto a aportar en cualquier posición que necesite el equipo. La competencia en el centro del campo es intensa y Saúl, con el dorsal número 8, está luchando con fuerza por un lugar.
Contra el Real Madrid, en su partido número 300 en LaLiga, Saúl no solo brindó dos asistencias de lujo, sino que también tuvo un impresionante 88% de precisión en sus pases. Su calor en el campo mostró su versatilidad, moviéndose por todas partes, recordando a las grandes actuaciones que lo caracterizan. Colaboró estrechamente con Koke y se entendió a la perfección en el sector izquierdo junto a Griezmann y Llorente, ante un Lucas Vázquez desbordado. El plan de Simeone se basaba en la movilidad de Saúl, que se infiltró en la defensa madridista una y otra vez. Como dijo el entrenador, "era encontrar el segundo palo, donde más sufrían", y Saúl lo aplicó magistralmente en el 1-0 y el 3-1.
Para fortuna de Saúl, el rol de carrilero en la banda izquierda ya no es una constante en su juego. El jugador nunca se sintió cómodo en esa posición, pero con la salida de Carrasco, Simeone ha encontrado otras opciones en sus compañeros, como Llorente, que claramente se ha destacado, además de Riquelme y Javi Galán. Saúl, como en los días dorados, está de vuelta como centrocampista. Un jugador completo, capaz de abarcar todo el campo, de izquierda a derecha. Saúl Ñíguez, el "todocampista", está recuperando su mejor forma, y no hay mejor manera de demostrarlo que en un derbi madrileño.