Rubén Baraja mostró una expresión seria después de la derrota del Valencia ante el Betis. En lugar de buscar excusas relacionadas con las ausencias de jugadores clave o la presencia de jóvenes del filial en el partido, se centró en analizar los errores cometidos por su equipo. El entrenador del Valencia se expresó de manera directa en su primera intervención, reconociendo la falta de jugadores especializados en los laterales y la falta de rendimiento en aspectos cruciales del juego.
Baraja destacó la importancia de mantener un nivel de exigencia constante en cada partido, especialmente contra equipos de la categoría del Betis. Señaló que no alcanzar ese nivel de exigencia había sido un factor determinante en la derrota, subrayando que si un equipo concede dos goles en jugadas de balón parado, es prácticamente imposible competir.
El técnico lamentó la falta de concentración en el juego defensivo, especialmente en las jugadas a balón parado, a pesar de contar con jugadores altos en el campo. Reconoció que el Betis había sido superior en esa faceta y que la concentración era un problema interno que debían abordar.
Baraja hizo hincapié en la importancia de mantener la intensidad desde el principio del partido, independientemente de quiénes estuvieran en el campo, y aceptó que el Betis había sido mejor en general. Admitió que su equipo careció de frescura en la presión y no lograron incomodar a su rival.
En cuanto al futuro, el entrenador subrayó la importancia de cada partido y la necesidad de hacer muchas cosas bien para obtener puntos. Reiteró que no debían desviarse de su enfoque y debían prepararse con mayor determinación para el próximo partido. También mencionó la esperanza de contar con Foulquier y Thierry en futuros encuentros, evitando arriesgar su participación en el partido actual debido a molestias físicas.