El partido entre la Real Sociedad y el Inter fue una exhibición de talento y determinación por parte de los jugadores. Barrene Daga demostró ser una pesadilla para la defensa rival, desbordando confianza y valentía. Su habilidad en el campo fue evidente desde el principio y durante todo el partido.
En el otro extremo, Remiro tuvo una noche tranquila después del gol temprano encajado. No tuvo que realizar ninguna intervención destacada, lo que habla de la solidez defensiva del equipo.
Traoré mostró su consistencia en el juego, aunque sigue adaptándose a su posición. Zubeldia destacó como un defensor de nivel Champions, marcando a Lautaro y manteniendo el control en la zaga.
Le Normand recuperó su mejor forma y fue un muro en la defensa, anulando a Arnautovic y estando a punto de anotar el segundo gol del partido.
Tierney mostró una intensidad increíble durante sus 60 minutos en el campo, especialmente en las acciones defensivas, mientras que Zubimendi se destacó por su capacidad para controlar el balón y orquestar el juego con precisos pases.
Merino fue un factor diferencial en el mediocampo, con un desempeño sobresaliente que mereció un gol que se estrelló en el larguero. Brais también brilló, marcando un gol y contribuyendo constantemente al juego del equipo.
Aunque Kubo no tuvo su mejor actuación, su presencia en el campo seguía siendo una constante preocupación para el Inter, brindando asistencias cruciales a sus compañeros de equipo.
Oyarzabal, a pesar de no estar en su mejor forma, se destacó por su dedicación en la presión y en la creación de oportunidades.
En cuanto a los cambios, algunos mantuvieron el nivel mientras que otros no tuvieron un impacto significativo en el partido, lo que muestra la profundidad del equipo de la Real Sociedad.