Marcos Acuña, campeón del mundo con la selección argentina hace un año y medio, ahora sueña con ganar otra Copa América con su país. Fijo en las convocatorias de Scaloni, a sus 32 años sigue demostrando ser uno de los mejores laterales del mundo cuando está en forma. Sin embargo, su futuro en el Sevilla parece estar llegando a su fin. Tanto el jugador como el club andaluz coinciden en que es hora de separar sus caminos.
Desde hace un año, Acuña ha manifestado su deseo de marcharse, atraído por ofertas que le doblaban el salario. Sin embargo, no ha podido concretar ninguna salida. Con solo un año de contrato restante, el club le ha dado luz verde para buscar una solución que beneficie a ambas partes. La Copa América será el punto de inflexión para resolver el caso Acuña, un traspaso que podría satisfacer a todos los involucrados.
El pasado agosto, Acuña tuvo una oportunidad que no pudo aprovechar, lo que generó tensiones en el vestuario. El Aston Villa ofreció 10 millones por el argentino, pero la propuesta fue rechazada debido a la relación del club inglés con el exdirector deportivo del Sevilla. Acuña no entendió la negativa y esto abrió una herida difícil de sanar. Incluso en invierno, el jugador intentó una cesión al Villarreal, pero el Sevilla ni siquiera consideró la oferta, necesitando al lateral para lograr la permanencia en LaLiga. Pese a no estar en su mejor momento, Acuña fue clave para el objetivo del equipo.
Este verano, el panorama cambia. Con 32 años y un solo año más de contrato, el Sevilla no podrá exigir una gran suma por su traspaso, pero sí buscará una compensación justa. En el Sánchez-Pizjuán, cualquier ingreso es bienvenido. Además, la salida de Acuña permitirá liberar una ficha alta, beneficiando la economía del club. El lateral izquierdo será cedido a Pedrosa y a las alternativas que pueda encontrar Víctor Orta en el mercado. Esta operación parece ser una situación en la que todos ganan.