Hablando claro sobre ‘FANTASY LA LIGA’

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Fantasy la Liga se está convirtiendo en algo injugable. Y llueve sobre mojado. Esta temporada han dado un paso adelante y dos hacia atrás. Se ha mejorado claramente la supervisión de las denuncias y muchos managers han advertido que el soporte actúa con más celeridad que otras temporadas a la hora de hacer frente a los ‘tramposos’, aquellos que en las ligas públicas realizan prácticas ilícitas para beneficiarse.

Todavía están lejos del modelo perfecto de gestión y control de las ligas. Siguen campando a sus anchas demasiados perfiles random y sin aspiraciones que solo se motivan arruinando la estrategia de otros managers. Esto sigue desvirtuando el objetivo final de las ligas públicas y el ranking global, pero al menos se agradece el esfuerzo de haber mejorado la frecuencia de respuesta y actuación. Aunque bien pensado, no debería ser motivo de elogio algo que en condiciones normales debería considerarse como un servicio mínimo, pero teniendo en cuenta el funcionamiento en años precedentes, podemos darnos con un canto en los dientes y nunca está de más reseñarlo y valorarlo.

Sin embargo, la jugabilidad está dejando mucho que desear en otros aspectos. Debería ser motivo de análisis el alto grado de fidelidad que existe en la comunidad fantasy con el juego oficial. Algo tiene esta ‘droga’, para que aunque la critiquen, la mayoría la siga consumiendo, incluso a pesar de que salen al mercado nuevas ‘drogas’ más accesibles. Alguien me lo tiene que explicar. Mientras el usuario siga descargando la aplicación y jugando, de poco servirá el ‘hate’ que se genere alrededor, no es más que ruido sin nadie dispuesto a escucharlo.

Es una pena, porque la sensación desde fuera es que el potencial del fantasy oficial es infinito y que está desesperadamente infrautilizado. La salida de Marca y la entrada de Relevo ha traído cambios insignificantes, ya que el problema es a gran escala y hay que ir a la propia naturaleza del juego para entenderlo. Haciendo un símil, es como un animal que decide enjaularse a sí mismo, sin darse la oportunidad de destapar todo su potencial.

Estamos habituados a convivir con los bugs, hasta les hemos cogido cariño. Los hay variopintos y es imposible recopilarlos todos. Nos hemos acostumbrado a su presencia, a que algunos usuarios no puedan entrar a la web, o a que se discrimine entre sistemas operativos de telefonía. Vivimos con el miedo de quedarnos sin puntuar cualquier jornada porque la aplicación comience a fallar sin explicación aparente.

Y ese es un gran problema precisamente, la falta de explicaciones. Igual que se ha avanzado en el control de las ligas públicas, hace falta mayor presencia de Fantasy La Liga para explicar este tipo de taras que tiene la aplicación. De vez en cuando van lanzando actualizaciones que solucionan un problema y generan dos nuevos (lo dicho, andar para luego desandar). No hay planificación, no hay información, no hay feedback con el manager. Apenas se generan contenidos desde La liga o desde perfiles oficiales de Fantasy La Liga. 

Durante años, los propios managers han sido los que han levantado una comunidad alrededor del Fantasy oficial, generando canales de comunicación. Les han hecho (les hemos hecho, ahora puedo incluirme) todo el trabajo. La gente sigue jugando a pesar del juego, y no gracias a él. Son los managers los que han tirado del carro, sin que llegue ese momento de decir BASTA.

Por otro lado, se percibe una total dejadez para generar incentivos. No hay premios atractivos, no hay visibilidad para el que se curra su gestión y gana alguna jornada o alguna competición oficial. Modos de juego como el de la Liga Fantástica están totalmente invisibilizados. Hay que empezar a utilizar calificativos gruesos y llamar las cosas por su nombre: esto lleva mucho tiempo siendo un despropósito y una auténtica vergüenza.

Para colmo, hay infinidad de managers que incluso pagan una cuota premium o una cantidad económica para evitar anuncios. Hasta ese servicio de pago es mejorable (por no usar otro adjetivo), y se convierte en una forma más de reírse del manager.

No quiero meter en el mismo saco a Relevo. Ellos se han sumado a un proyecto que a día de hoy es defectuoso, pero es pronto para juzgarles. Sé que los puntos Relevo generan controversia e incertidumbre, pero aquí si pediría paciencia y esperar a una muestra más larga para hacer valoraciones a gran escala.

En definitiva, han tenido años para avanzar. Han tenido ideas en las que apoyarse y espejos en los que mirarse. Seguramente, con esta reflexión sea injusto con algunas personas que trabajan incansablemente en el juego, pero la sensación desde fuera es que hace falta más. No se cuida el producto y cada año va a peor, a medida que la paciencia de muchos se empieza a agotar.