El Girona Fútbol Club hace temblar los cimientos del fútbol en España, Europa y en todo el mundo. La batuta maestra de Míchel ha llevado al equipo a lo más alto después de una espectacular victoria por 5-3 sobre el Mallorca. Con cinco victorias consecutivas en LaLiga y a la espera de los resultados del Barcelona (que se enfrenta hoy al Celta) y el Real Madrid (que jugará mañana contra el Atlético), el Girona se encuentra en la cima de la Primera División. Ver jugar a estos rojiblancos es un auténtico festín para los amantes del fútbol: sus jugadores destilan confianza, calidad y parece que tienen la fortuna de su lado en cada movimiento. Pero detrás de este éxito no hay magia, sino un arduo trabajo, esfuerzo y una visión clara, la de Míchel, que merece todos los elogios que recibe.
Sin embargo, el camino hacia la victoria no fue sencillo. Desde el principio, el Girona tuvo que nadar contra la corriente. Tsygankov, al igual que el resto del equipo, comenzó frío y cometió un penalti en el minuto 3. Muriqi, que había fallado sus dos primeros penales de la temporada (contra Las Palmas y Granada), no se dejó intimidar y marcó el 0-1. En ese momento, el Mallorca se sintió confiado, pero no sabía lo que le esperaba. En los siguientes 20 minutos, el Girona demostró una determinación y calma notables, lo que hizo creer a su afición en la posibilidad de una remontada. No dejaron de atacar y finalmente, en el minuto 26, David López marcó el gol que abrió la puerta a una avalancha de goles. Los bermellones parecían pedir clemencia después de los goles de Dovbyk (de penalti) e Iván Martín, ambos tras exhibiciones de Savinho, pero Yangel Herrera decidió poner la guinda al pastel con el 4-1.
El ambiente en Montilivi era pura fiesta, y aún quedaban 45 minutos de fútbol y emoción por disfrutar. Aguirre intentó cambiar las cosas al sacar a Amath (en lugar de Van Der Heyden) para desarmar la defensa de cinco del Mallorca, pero no tuvo éxito. Incluso Amath tuvo una oportunidad clara para el 4-2 en el minuto 51, pero no logró concretarla. El Girona se divirtió en el campo de juego, y Savinho buscó redondear su actuación de MVP. En otra jugada de toque, calidad y velocidad, el brasileño, cedido por el Troyes, anotó un gol perfecto tras una asistencia de Dovbyk.
A pesar del doblete de Abdón Prats que acercó al Mallorca 5-3, ni siquiera la lluvia que comenzó a caer sobre Montilivi pudo desanimar a los espectadores. Nadie quería perderse un momento de esta hazaña histórica. Incluso si, en el peor de los casos, esta posición de liderazgo dura solo unas horas (dependiendo de los resultados de los demás equipos al final de la jornada), el Girona ha demostrado que es un equipo con aspiraciones serias. Con 16 puntos en su haber, la euforia se ha desatado, y a este ritmo, podrían estar en camino de dejar atrás la lucha por la permanencia y comenzar a soñar con competiciones europeas.