La selección eslovaca de fútbol recibió una buena noticia en la víspera de su crucial partido contra Rumanía: Dávid Hancko, el defensa central del Feyenoord Rotterdam, se reincorporó al entrenamiento. Tras una ausencia de tres días debido a una lesión en la ingle, su participación completa en la sesión del martes indica que podría estar listo para el enfrentamiento.
El entrenador Francesco Calzona y los aficionados eslovacos se mostraron aliviados al ver a Hancko entrenar, aunque aún llevaba un vendaje en la zona afectada, señal de que aún se está recuperando. Sin embargo, su presencia es un impulso moral y táctico para el equipo, que se beneficia de su experiencia y habilidad defensiva.
El equipo eslovaco cuenta con una sólida alineación de porteros, con Martin Dúbravka, Marek Rodák y Henrich Ravas listos para defender la portería. La defensa se ve reforzada por la presencia de Peter Pekarík, Norbert Gyömbér, Denis Vavro y Milan Škriniar, junto con Adam Obert, Vernon De Marco y Sebastián Kóša, quienes ofrecen múltiples opciones tácticas para Calzona.
El mediocampo eslovaco está compuesto por jugadores como Matúš Bero, Tomáš Rigo, Patrik Hrošovský, Stanislav Lobotka, Ondrej Duda, Juraj Kucka y László Bénes, quienes aportan creatividad y resistencia. Esta combinación de talento y experiencia es crucial para controlar el ritmo del juego y crear oportunidades.
En la delantera, Dávid Duriš, Tomáš Suslov, Ivan Schranz, Róbert Boženík, David Strelec, Lubomír Tupta, Leo Sauer y Lukáš Haraslín representan una amenaza constante para la defensa rival. La habilidad de estos jugadores para finalizar las jugadas será determinante en la búsqueda de un resultado positivo.
Con un equipo completo y la posible vuelta de Hancko, Eslovaquia se prepara para un partido que promete ser un desafío táctico y emocional, con la esperanza de avanzar en la Eurocopa 2024.