
El Real Valladolid ha sumado tres puntos de oro, gracias al gol de Anuar en la primera mitad, ante un rival directo, un Valencia que luchó hasta el final, pero que no pudo impedir la victoria local y se ve desplazado hasta el último puesto que hasta hoy ocupaba precisamente el equipo castellanoleonés. Aunque los locales salieron con ganas, buscando desde el inicio el área contraria, con un Anuar muy activo, los valencianos no se echaron atrás, y también mostraron su intención de llevarse la victoria. Pero lo cierto es que no se veía juego. Poco ritmo y poca creación. Algo habitual en el José Zorrilla esta temporada. Pero había un jugador con garra, un canterano que siempre deja todo en el campo cuando sale: Anuar. Él, practicamente solito, aprovechando un fallo defensivo de Mosquera, se plantó delante de Dimitrievski para inaugurar el marcador y dar ventaja a los suyos. Un tanto que despertó del letargo al público blanquivioleta.
El cuadro ché tenía aún más presión de su lado, y la obligación de ir a por el empate, pero se topó con un Real Valladolid que supo cerrar filas para conservar el control en el resultado. Y eso que lo intentó, con poco éxito, ya que sus llegadas no inquietaron a Hein. Así, se llegó al descanso con ese gol de Anuar que otorgaba cierto respiro a los vallisoletanos ante un Valencia con poca mordiente y escasa verticalidad.
Tras la reanudación, Rubén Baraja movió sus primeras piezas, y el equipo salió con más entrega lo que le permitió disponer del primer disparo a puerta, a cargo de César Tárrega, que no supuso ningún problema para el meta local. Cambió el patrón en la segunda mitad, y el conjunto ché se mostró mucho más valiente, lo que provocó que el Real Valladolid tuviera que emplearse más a fondo en defensa, ante la mayor capacidad creativa del rival. El cuadro blanquivioleta pareció renunciar al ataque para cerrarse atrás y amarrar la victoria. Pero siempre que han mostrado esa actitud, han acabado perdiendo puntos. Y además, Latasa, recién salido al terreno de juego, veía la tarjeta roja por propinar un codazo a un contrario.