El Celta de Vigo se encuentra en una situación crítica de cara al enfrentamiento de este jueves contra el Alavés, donde solo la victoria servirá. Los discursos sobre el tiempo necesario para ajustarse o los méritos acumulados deben traducirse en resultados concretos en forma de puntos. Cualquier otro resultado en esta séptima jornada solo intensificaría la inquietud entre la afición.
El equipo gallego regresa a su hogar en Balaídos, un estadio que hasta el momento ha sido un terreno baldío en la presente temporada, con derrotas ante Osasuna, Real Madrid y Mallorca, y lo que es aún más preocupante, sin haber logrado anotar un solo gol.
En lo que respecta a su desempeño como equipo local, el Celta se encuentra en la parte inferior de LaLiga, siendo el único equipo sin puntos en los partidos disputados en su estadio entre los veinte equipos de la liga. Por lo tanto, la victoria contra el Alavés se convierte en una necesidad ineludible.
En términos generales, el Celta tampoco está destacando en la clasificación. Los cuatro puntos que han logrado hasta el momento representan el peor inicio en las últimas cuatro décadas en la máxima categoría del fútbol español. Parece que los vigueses están atrapados en un patrón de comienzos desafortunados en las últimas temporadas.
A pesar de haber mostrado un buen nivel en los dos últimos partidos, que lamentablemente no se tradujeron en puntos, es probable que el entrenador Rafa Benítez realice cambios en la alineación titular e incluso en el sistema de juego.